COMO HACER CURRY DE GARBANZOS (CHANNA MASALA)

COMO HACER CURRY DE GARBANZOS (CHANNA MASALA)- Kitchen 154 Comida picante en Madrid. Platos preparados a domicilio

Hoy que hace un día frío y desapacible en Madrid me apetece un curry caliente y reconfortante. Uno de los que más me gusta preparar, y de los más sencillos, es el curry de garbanzos. En la India lo llaman “channa masala” o “chole”, y suele ser un desayuno habitual acompañado de pan frito llamado “puri”.

En noviembre de 2009, después de haber estado trabajando con un grupo en Nepal, decidí quedarme unos días solo en India. Me despedí del grupo en Delhi y cogí un bus hacia el norte, al estado de Himachal Pradesh. El Himalaya Indio. No tenía planes, solo quería descansar en algún lugar tranquilo y bonito, así que elegí Dharamsala, la “capital” del exilio tibetano y el hogar del Dalai Lama. Dharamsala está situada en una cresta y es poco más que dos calles que serpentean arriba y abajo de una loma, cuajadas de bazares y templos. Los tibetanos son mayoría, y también los occidentales que acuden allí buscando paz y un poco de espiritualidad.

Cogí una habitación pequeña en un hotel feo cuyo patio daba a unos picos pelados de 4 mil metros. Y no hice nada. Descansé durante una semana entera subiendo y bajando esas calles cargado con mis libros y un cuaderno de notas. Aprendí a hacer momos, comí mucha comida tibetana, hice yoga, me senté en los suelos frescos de las “gompas”, y conocí a gente luchadora y alegre.

Cerca de mi pensión había un pequeño restaurante, una “dhaba” punjabi. En la India una “dhaba” es el nombre con el que se conoce a los restaurantes de carretera. Su comida es rústica y sencilla, similar a nuestros menús del día. Se sirven platos clásicos del norte de la India; panner, curries de espinacas, dal, guisos de cordero, tandooris, y mucho pan.

Cansado de tanta comida tibetana me acostumbré a hacer allí mi desayuno. Me sentaba en la terraza de la parte trasera y pedía un chai bien caliente y especiado. Cuando lo había terminado ordenaba otro y encargaba un plato de “channa”. Frente a mi tenía el Himalaya, que a esas horas de la mañana aún estaba despejado. No tenía ninguna prisa. Pellizcar pedazos de pan con la mano derecha y rebañar garbanzos bien picantes y aromáticos. Esa era mi ocupación durante una hora larga. Que bien se vive viajando. Un día le pedí permiso al dueño para que me dejara fisgar en la cocina y aprender como se preparaba la receta. Me dejó y conocí sus secretos.

2014 fue un año frenético. Junto a mis socios nos embarcamos en la aventura de Kitchen 154. Trabajamos como mulos, aprendimos, maldecimos, sudamos, nos congelamos y reímos sin parar. En los meses más fríos del invierno, cuando se nos helaban los mocos en los mercados de Azca y Matadero decidimos vender algún guiso vegetariano calentito y rico. Le dimos vueltas y yo rescaté de mi memoria aquellos recuerdos dulces de Dharamsala y el pequeño restaurante punjabi. Así que hicimos pruebas y comenzamos a ofrecer nuestro curry de garbanzos por las calles de Madrid. No teníamos ni muchas ni pocas esperanzas en él, pero fue un éxito inmediato. Un guiso barato y humilde que nos ha dado muchísimas alegrías desde entonces y que ya es un clásico de nuestra empresa. Aquí os dejo la receta. ¡Espero que la disfrutéis!

Ingredientes;

400 gramos de garbanzos cocidos y escurridos (de bote o no)

El sofrito,

1/2-1 cebolla roja en juliana fina
1/2 cucharadita de comino en grano
2 cucharaditas de pasta de ajo-jengibre (o 1 ajo y trozo de jengibre laminados)
1 chile verde picado

1 cucharadita de cúrcuma molida
1 cucharadita de comino molido
2 cucharaditas de coriandro molido
1 cucharadita de Garam Masala
200 gramos de tomates maduros pelados y picados
1 cucharada de pasta de tomate
Sal
Pimienta negra molida
1/2 lima
Cilantro fresco picado

Preparación;

En una cazuela calienta un par de cucharadas de aceite y fríe la cebolla y los chiles. Cuando esté dorada incorpora los granos de comino y la pasta de ajo y jengibre. Sigue cocinando hasta que pierdan el olor a crudo, pero con cuidado de que no se quemen.

Añade la cúrcuma, el comino, coriandro y el garam masala. Mezcla bien. Pon los tomates y la pasta de tomate y haz una salsa. Si estuviera demasiado seco moja con un poco de agua.

Incorpora los garbanzos y mezcla bien. Añade un poco de agua. Dejar unos minutos, hasta que el agua esté reducida y se haya formado una salsa espesa. Salpimienta.

En el último minuto exprime la lima y pon cilantro picado. Sirve con tortas de pan o arroz.